La asexualidad
- Estrellita Taína García Jiménez
- 6 abr
- 6 Min. de lectura

¿Qué es la asexualidad?
La asexualidad es un tipo de orientación sexual donde existe una falta de atracción sexual hacia otras personas. Esto no significa necesariamente que no puedan tener relaciones emocionales, románticas o afectivas, sino que no experimentan deseos sexuales en el sentido convencional.
Durante la mayor parte de la historia no existía un concepto definido de asexualidad debido a que el enfoque de la sexualidad estaba centrado en la reproducción, y el deseo sexual se consideraba un aspecto normal de la vida humana. La ausencia de deseo sexual, si llegaba a reconocerse, se veía con escepticismo o como una anomalía médica, religiosa o mental.
No fue hasta finales del siglo XX y principios del XXI cuando la asexualidad empezó a ser reconocida formalmente como una orientación sexual. Este término comenzó a ser usado para describir a las personas que no experimentan atracción sexual. Con el desarrollo del activismo LGBTQ+ y la aparición de comunidades en línea, otras orientaciones sexuales menos conservadoras según el contexto histórico-cultural fueron visibilizadas.
Visibilidad y validación
La asexualidad es una orientación sexual legítima, no una enfermedad o anormalidad. Aunque es un mito bastante arraigado, no es correcto asumir que la falta de atracción sexual es resultado de traumas, disfunciones o problemas hormonales. Esto es un mito.

La asexualidad es una parte natural del espectro de orientaciones sexuales. Como tal, las personas asexuales no necesitan ser «curadas» ni «arregladas», ya que su experiencia es tan válida como cualquier otra orientación.
Numerosos estudios y organizaciones reconocen la asexualidad como una orientación legítima que puede observarse en otros animales además del ser humano. De hecho, la falta de deseo sexual no es patológica ni está relacionada con problemas psicológicos. Las personas asexuales pueden llevar vidas completamente plenas y saludables, no es algo anormal.
La asexualidad tiene diversas formas de expresión, ya que la atracción sexual no es lo único que define las relaciones. Algunas personas asexuales, pese a no sentir deseo sexual, pueden experimentar atracción romántica, afectiva o emocional hacia otras personas.
Puedes identificarte dentro del espectro romántico asexual cuando experimentas atracción romántica sin deseo sexual. Esto da lugar a diferentes etiquetas dentro de la comunidad :
Heterorromántico: Atracción romántica hacia personas del sexo opuesto.
Homorromántico: Atracción romántica hacia personas del mismo sexo.
Birromántico o panromántico: Atracción romántica hacia más de un género o cualquier género.
Arromántico: Sin atracción romántica.
También existen diferencias en el deseo sexual. Algunas personas asexuales pueden sentir deseos sexuales en determinadas circunstancias o disfrutar de actividades sexuales sin sentir atracción sexual.
Otra parte del espectro lo componen aquellas que no tienen interés en el sexo o lo evitan activamente. Un profesional especializado puede distinguir esta orientación sexual de un problema sexual. No obstante, lo único que puede compartir la orientación asexual con una disfunción sexual es únicamente el nivel de deseo sexual. La persona debe experimentar un malestar clínicamente significativo debido a la falta de deseo sexual para ser considerada una disfunción sexual.
Además, estos signos no deben poder ser explicados de mejor manera por un trastorno mental no sexual, por consecuencias de maltrato en una relación, por otros factores estresantes significativos, ni ser atribuibles a efectos de sustancias, medicamentos u otras afecciones médicas. Si percibes la falta de deseo como un cambio no deseado o como algo que no coincide con lo que quieres experimentar sexualmente, es recomendable buscar una segunda opinión profesional.
En cambio, la asexualidad es una identidad que se siente estable a lo largo del tiempo. A menudo, una persona asexual se siente cómoda con su falta de atracción sexual y puede tener una vida plena sin necesidad de actividad sexual.
Espectro de la sexualidad
La asexualidad no es una categoría rígida sino que se encuentra dentro de un espectro de la sexualidad. Algunas personas pueden identificarse como gris-asexuales o demisexuales.
Gris-asexual: Personas que experimentan atracción sexual en raras ocasiones o bajo condiciones muy específicas, pero la mayor parte del tiempo no lo hacen.
Demisexual: Personas que solo sienten atracción sexual cuando tienen una conexión emocional fuerte con alguien. Esta atracción no surge de inmediato, sino que requiere tiempo y un vínculo emocional.

Este espectro demuestra que la sexualidad humana es diversa y no siempre se ajusta a las categorías convencionales. Las personas asexuales pueden experimentar una variedad de emociones y atracciones no necesariamente sexuales.
La asexualidad ha ganado un poco más de visibilidad, sobre todo a través de movimientos como AVEN (Asexual Visibility and Education Network), creado en 2001. Las redes sociales, las series de televisión, las películas y la literatura han comenzado a incluir personajes asexuales, aunque todavía es poco común y a veces no se representa de manera precisa junto a otros ámbitos del espectro de la sexualidad.
Las personas con esta orientación también pueden identificarse con otras orientaciones románticas, como arromántico, biromántico, panromántico, etc. Las experiencias de las personas asexuales pueden variar según sus características socioculturales.
Atracción sexual y atracción romántica
Es fundamental entender la diferencia entre atracción sexual y atracción romántica.
Atracción sexual: Es el deseo de participar en actividades sexuales con otra persona. Las personas asexuales generalmente no experimentan este tipo de atracción.
Atracción romántica: Es el deseo de formar una conexión romántica, emocional o afectiva con alguien. Las personas asexuales pueden o no sentir atracción romántica, lo que les permite tener relaciones amorosas sin necesidad de una vinculación con la sexualidad.
Supresión en una cultura sexualizada
Socialmente, la sexualidad está altamente valorada y se promueve como una parte central de la identidad y el bienestar humano. La cultura popular, el cine, la publicidad y los medios en general suelen sobrevalorar la atracción sexual y las relaciones sexuales, lo que concluye en la hipersexualiación y la invisibilización de experiencias como la asexualidad.
Normas sociales y estigma: Las personas asexuales a menudo enfrentan la presión social de que su falta de deseo sexual es «anormal» o «defectuosa». La creencia predominante de que todas las personas deben sentir atracción sexual para tener una vida plena y feliz genera un estigma alrededor de la asexualidad, que a menudo se considera una fase, un trastorno o una afección a ser tratada.
Hipersexualización: En una sociedad sexualizada, la asexualidad puede ser difícil de entender o aceptar porque contradice la narrativa dominante que enfatiza la importancia del sexo, sobre todo en la vida adulta. Esto puede llevar a basar muchos aspectos de las relaciones sociales alrededor del sexo, así como a la invisibilidad de la comunidad asexual, la falta de representación en los medios y la negación de la validez de sus experiencias.
Imposición de expectativas: Las personas asexuales pueden sentir presión para participar en relaciones o actividades sexuales, incluso si no lo desean, solo para ajustarse a las expectativas culturales. A menudo, las personas de esta orientación se enfrentan a incomprensión o rechazo, lo que contribuye a la represión de sus identidades en un entorno que valoriza la atracción sexual.

La asexualidad es una orientación sexual válida y real que desafía las narrativas convencionales de sexualidad en la sociedad. Las personas asexuales pueden experimentar atracción romántica y relaciones afectivas sin necesidad de atracción sexual, y existen diversas formas de ser asexual dentro del espectro de la sexualidad humana.
Desde incomprensión o presiones sociales al ser vistas como «raras» o «anormales», pasando por preguntas sobre cuándo vas a tener pareja o si no has encontrado todavía a la persona correcta, hasta enfrentar presiones para justificar la orientación sexual o incluso «corregirla».
La expectativa de que las relaciones románticas o sexuales sean parte fundamental de la vida adulta puede llevar a cuestionamientos externos e incluso internos. Las personas que pertenecen a espectros de la sexualidad culturalmente no normalizados suelen tardar en entender o aceptar su orientación debido a la falta de información y visibilidad.
De hecho, muchas pueden pasar años creyendo que hay algo «malo» en ellas antes de descubrir que la asexualidad es una identidad válida. A veces pueden estar abiertas a relaciones románticas sin componente sexual (arrománticas) o en relaciones en las que el sexo no sea una prioridad. En cambio, otros prefieren no tener ningún tipo de relación romántica.
En este sentido, internet ha sido clave para que las personas asexuales conecten y creen comunidades donde compartir experiencias y apoyo mutuo.
Sin embargo, ante algunos desafíos a veces necesitamos una ayuda extra a la que pueden proporcionar nuestro entorno cercano. Si estás considerando apoyo profesional, es importante que consideres su familiaridad con la asexualidad u otros espectros de la sexualidad, con el fin de evitar a diagnósticos erróneos o intentos de «arreglar» la falta de deseo sexual, en lugar de aceptarlo como parte de la identidad de un individuo.
En Proyecto Kintsugi recomendamos la formación especializada y actualizada para profesionales de la salud mental. Para consultas sobre nuestras especialidades, no dudes en contactarnos.
María Gálvez
Psicóloga general sanitaria